Sandra Melgarejo / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
Celia Sánchez-Ramos, candidata a los Premios Príncipe de Asturias en la categoría de Investigación Científica y Técnica, ha presentado el primer método de detección de la enfermedad de Alzheimer premortem y ex vivo a través de los ojos, que se basa en el análisis de los restos de cristalino extraídos en las operaciones de cataratas.
Como ha explicado la investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, hasta la fecha, el diagnóstico de esta enfermedad solo se podía determinar con seguridad tras la muerte del paciente, a partir de un análisis del tejido cerebral. La transformación de la sustancia del cristalino que se desecha tras la intervención en una muestra útil para buscar biomarcadores de beta amiloide hace posible “realizar un diagnóstico del alzheimer en personas vivas y mediante una técnica no invasiva, sin efectos secundarios”, ha señalado.
Aunque no se trata de un método de diagnóstico precoz, porque la prueba detecta indicios de la enfermedad cuando ya está presente, sí que permite “un tratamiento precoz, incluso en pacientes que todavía no tienen sintomatología de la enfermedad de Alzheimer”, ha afirmado Sánchez-Ramos. El siguiente paso es “determinar la proporción de péptidos que son indicadores de la presencia de esta patología y su estadio”, ha indicado.
Las investigaciones de Lee E. Goldstein, profesor de la Universidad de Boston, quien demostró que los depósitos de proteína beta amiloide se pueden observar, además de en el hipocampo, en el cristalino de los afectados, inspiraron a Sánchez-Ramos para crear esta prueba, que ya se ha realizado con éxito en más de 30 personas operadas de cataratas y ha detectado indicios de demencia en la mitad de los casos. “A partir de ahora, las operaciones de cataratas servirán para poder detectar lo más pronto posible la enfermedad de Alzheimer”, ha destacado.
Rosario Díez, Carmen Acebal (vicarrectora de Investigación de la UCM),
Celia Ramos-Sánchez y Mª Jesús Morala.
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Colaboración de los oftalmólogos
Varios centros sanitarios públicos y privados de la Comunidad de Madrid recogen los restos de cristalino, previo consentimiento informado del paciente, en un kit que envían al laboratorio de la Complutense para su análisis. Si hay indicios de patología, los resultados se remiten a Geriatría o Neurología.
Rosario Díez, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Getafe, uno de los más involucrados en este programa, ha detallado que las cataratas afectan al 40 por ciento de la población de entre 70 y 75 años y que su prevalencia aumenta con la edad, al igual que ocurre en la enfermedad de Alzheimer, que afecta a entre un 20 y un 40 por ciento de la población mayor de 85 años.
En este sentido, Sánchez-Ramos recomienda este nuevo método a “todas las personas mayores que se operen de cataratas, porque no tiene ningún efecto secundario”. Además, ha comentado que el coste no será muy elevado, pero que su implantación en el sistema sanitario “depende de la Administración”.
Para Mª Jesús Morala, portavoz de la Asociación Nacional de Alzheimer AfalContigo, la técnica presentada “colabora en ese gran objetivo de la investigación biomédica que es conseguir un diagnóstico muy precoz a la vez que se pretende frenar la enfermedad”.
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